Esta receta tiene muchas cosas que me encantan. La primera, que es de una sencillez pasmosa y sale perfecta siempre. No sé a ti, pero a mi con eso me tenía ya ganada.
La otra es que es cocina italiana en estado puro, goloso y con el dulce justo (si ves otras recetas similares, verás que esta lleva mucho menos azúcar, y no se echa de menos); Y además, tiene chocolate y café y los dos están en el top de mi lista de debilidades personales, qué le voy a hacer.
Pero es que en los años que la llevo haciendo solo ha mejorado.
Normalmente, cada vez que repito una receta, sobre todo si es de las que hago a menudo, suelo cambiar alguna cosa. Unas veces por mejorarla y adaptarla a mis preferencias personales, otras veces, para no aburrirnos y variar un poco. Eso no me ha pasado todavía con esta, y, sinceramente, no creo que me vaya a pasar.
Esta que ves la hizo casi por completo mi teenager favorita, que adora el tiramisú. Sí, es la misma que piensa que el mocha frapuccino es café –y que no se cuánto tiempo estuvo preguntándome que a qué edad empecé a beber café yo en el desayuno, porque ella no sale del colacao mañanero; la misma que disfrutó la galette de tomates como si fuera para ella sola después de decir que solo iba a probarla. Seguro que pensáis que es mi única hija. Lo que ocurre es que a la otra la comida y la cocina, por el momento, no le importan lo más mínimo. Bueno, salvo las galletas de chocolate en las que se ha especializado. La última suya fue liarme para hacer galletas para toda su clase; pero eso es otra historia. Volviendo al tiramisú: Hay un restaurante italiano familiar al que solemos ir juntos. Tiene un punto gracioso, porque es un pastiche de decoración y de recetas adaptadas al gusto irlandés con otras que son auténtica comida casera italiana. Pero ay, amiga!, el tiramisú que hacen es de los mejores que he probado en mi vida. El último día que fuimos, cuando L. estaba a punto de pedir el postre, me preguntó antes: ¿había mascarpone en casa, verdad? Pues ya te ayudo yo y haces tiramisú el fin de semana, mejor que tomarlo aquí.
Este es el nivel.
Así que volvimos a casa, hicimos el tiramisú y durmió en la nevera; porque el reposo en frío es parte de la receta; y al día siguiente terminamos nuestra fiesta italiana. Teníamos muchas cosas que celebrar. La que quiero dejar apuntada aquí, porque a veces se me olvida y necesito recordármelo: estamos vivos, estamos juntos y son mi gente favorita en el mundo.
Tiramisú clásico
Ingredientes
200 gramos de bizcochos de soletilla o savoiardi (o compralos comerciales)
500 gramos de queso mascarpone
Cacao en polvo
130 gramos de azúcar
4 huevos (separando yemas y claras)
3 cucharadas de coñac (opcional)
1 vaso de café muy fuerte
1 pizca de sal
Preparación
Separar las yemas de las claras. En un recipiente grande, batir las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y la mezcla quede esponjosa. Añadir el mascarpone y batir bien.
Montar las claras a punto de nieve con una pizca de sal, hasta que queden muy consistentes. Incorporarles la crema de mascarpone con una espátula, intentado bajar las claras lo menos posible.
Mezclar el café y el coñac y mojar los bizcochos uno a uno en la mezcla. Cubrir el fondo de una fuente honda o de tarros individuales (en este caso desmigarlos bien). Verter un poco de la mezcla de café y coñac por encima y extender sobre los bizcochos la mitad de la crema de mascarpone. Cubrir con una nueva capa de bizcochos y acabar con el resto de la crema en otra capa. Poner en el frigorífico al menos 3 horas (mejor toda la noche) o como mínimo 40 minutos en el congelador.
Macu, qué rico el Tiramisú, en casa es nuestro postre favorito, incluso llegó a ser el postre que servíamos en Nochebuena en casa de mis padres (somos +/- 25) y todo el mundo repetía, pero hace como todo, vas añadiendo platos al menú, y cambias postres, para al final dejarlo casi olvidado, de hecho tanto es así que mi versión que tengo publicada lleva huevo, y ahora, como te comentaba en Instagram, no pongo huevo por ese problema con la salmonela, aunque reconozco que esa crema de mascarpone y huevo es adictiva, ahora lo versiono sin huevo, añadiendo chantilly y queda también realmente rico.
ResponderEliminarComparto y celebro contigo tus motivos, estar vivos, sanos y juntos, y nada más para ser felices.
Besitos y enhorabuena por esa felicidad que tienes con los tuyos.
La verdad es que hay que tener mucho cuidado con el huevo crudo, tienes toda la razon! A mi tambien me pasa con el tiramisu que voy a rachas, no me acuerdo de el, pero cuando me lo piden lo disfrutamos muchisimo. Un abrazo.
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