Hoy tenía la necesidad imperiosa de publicar estas magdalenas porque necesito tener a mano esta receta que me ha dado un resultado espectacular. Me encantan las magdalenas. Simples, rápidas de hacer y con esa capacidad de transportarme a una merienda de leche con Cola Cao a mis seis años. No, no es la magdalena de Proust, pero sí es cierto que las magdalenas mojadas en un vaso de leche caliente me reconfortan, y me saben a todas esas cosas buenas, sencillas, simples, a cuando la vida no era más complicada que jugar, y reír, y crecer convencida de que el mundo era lo que quisieras imaginar cada día.
Pero en una explicación más prosaica, necesitaba tener otra receta de magdalenas, porque mi maravillosa receta, la que nunca me había fallado, la que hacía mi abuela, es una receta que usa gaseosas del Tigre. Y cuando vives en Irlanda del Norte y te da la urgencia por comer unas magdalenas no puedes estar dependiendo de tenerla a mano. O no comes magdalenas. Cada vez que he vuelto a España me he traído unos cuando paquetes, os lo prometo. Algo tan peregrino como eso. Y no podía ser. Se me acababan las reservas y no tengo viaje a la vista.
Quería tener magdalenas para el desayuno y probé esta receta cambiando las gaseosas por levadura de repostería -que mira que se me podía haber ocurrido hace días, la verdad-. El otro cambio es usar como grasa aceite y nata. Habitualmente uso solo aceite y lo prefiero de girasol, porque el de oliva me resulta demasiado fuerte de sabor, pero eso va en gustos, realmente. Con la nata quedan perfectas, así que esta receta tenía que estar aquí para recordarme que así de ricas es como quedan.
Ingredientes
3 huevos
250 g de azúcar
La ralladura de 1 limón
Zumo de medio limón
75 g de aceite de girasol suave
110 g de nata para montar
250 g de harina de repostería
12 g de levadura de reposteria (tipo Royal)
Preparación.
Mezcla el azucar con la ralladura de limon en un bol amplio. Añade los huevos y bate con la batidora de varillas hasta que la mezcla blanquee y doble su volumen (unos 5 minutos).
Incopora los ingredientes liquidos:zumo de limon, aceite y nata y bate simplemente para integrarlos. Anade la levadura a la harina e incorpora a la mezcla. Bate de nuevo, lo justo para incorporar la harina, pero no la batas en exceso
Pon la mezcla en los moldes que uses y lleva al frigorifico unos 20 minutos, mejor media hora. Si tienes prisa, 7 minutos en el congelador te haran el mismo papel.
Precalienta el horno fuerte, unos 250 grados. Espolvorea con azucar las magdalenas antes de meterlas al horno.
Baja la temperatura del horno a 220 y mete las magdalenas. Hornea 10 minutos y apaga el horno. Dejalas todavia 3-5 minutos mas, hasta que esten doradas por fuera y cocinadas por dentro.
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