Hace poco que ha terminado esta temporada del
Great British Bake off. Y este año se ha acabado un poco del todo el programa.
Cuando nos mudamos a Belfast me enganché, (al parecer igual que medio país), a
este programa de la BBC que empezó muy discretito como relleno de programación
de verano y ha ido cogiendo fama y audiencia año tras año. Tanto es así que
ahora mismo está en serio riesgo de morir de éxito. A mitad de temporada la productora del
programa vendió los derechos a otra cadena y se desató una pequeña gran crisis,
con 3 de los 4 presentadores diciendo que ya no continuarían. Y eso, cuando aún
estábamos en mitad de la serie, así que todo el mundo se pegó a las pantallas a
ver qué ocurría en la que era ya definitivamente la última serie en el formato
que todos conocemos. La serie este año ha funcionado particularmente bien, a mi
modo de ver. A fin de cuentas es un show de televisión, así que no hay que
olvidar que los castings buscan espectáculo. Pero esta vez no ha estado tan
desequilibrado, y los pasteleros aficionados sabían lo que hacían, que siempre
se agradece, y ha sido una serie entretenida que siempre está bien ver. A mí me
da la vena pastelera cada vez que ponen la serie, más que nada porque cuando
estás viendo las cosas tan complicadas que hacen o ciertas técnicas, o ciertos
retos técnicos, te apetece probar, o se te ocurren otras formas de hacerlo. En
una de esas, en la Universidad donde trabajo decidieron hacer un concurso de repostería
con ingredientes de comercio justo y locales, y me presenté para probar a hacer
una tarta que tenía ganas de probar desde hacía tiempo. Esta tarta no es
difícil, pero el corte que tiene es absolutamente espectacular. Lo que sí
requiere es algo de tiempo, pero si tienes eso en cuenta, verás que no es nada
complicada.
Por
cierto, gané uno de los premios del concurso, y es que no es fácil resistirse a
esta tarta. Feliz semana.
Tarta
damero
Ingredientes
Bizcocho
350 gramos de mantequilla a temperatura ambiente
350 gramos de azúcar
1 cucharadita de extracto de vainilla
6 huevos grandes
350 gramos de harina con levadura incorporada
Una buena pizca de sal
50 gramos de cacao en polvo (para la parte de bizcocho de chocolate)
4 cucharadas soperas de leche
Para la ganache de chocolate blanco
175 gramos de chocolate blanco
125 ml nata para montar
50 gramos de mantequilla
Para la ganache de chocolate negro
300 gramos de chocolate negro
300 gramos de nata para montar
Decoración
100 gramos de chocolate negro
Preparación
Precalienta el horno a 180º C. Prepara la mezcla del
bizcocho: pon la mantequilla en un bol grande, y con las varillas, bate la
mantequilla, añadiendo el azúcar en unas cuantas veces, hasta que la mezcla
blanquee. Añade la vainilla, y sigue batiendo. Añade los huevos uno a uno.
Añade la harina y la sal y sigue mezclando hasta tener una masa esponjosa.
Separa la mezcla en dos boles. Añade dos cucharadas de leche a uno de los
boles. Añade las otras dos cucharadas de leche y el cacao al otro bol y mezcla
bien. Pon cada una de las mezclas en una manga pastelera grande.
Pon
un círculo de la masa de chocolate en un molde, luego, haz otro círculo dentro
de este con la masa de vainilla. Termina con un círculo de chocolate. En el
siguiente molde, empieza con la masa de vainilla primero, luego chocolate y
vainilla en el interior. Rellena el tercer molde igual que el primero,
empezando con la masa de chocolate en el exterior.
Lleva
al horno durante 22 a 25 minutos, hasta que hayan subido bien. Desmolda los
bizcochos y déjalos sobre una rejilla a enfriar completamente.
Haz
la ganache de chocolate blanco: corta el chocolate en trocitos pequeños y ponlo
en un bol. Calienta la nata con la mantequilla sin que llegue a hervir,
viértela sobre el chocolate, déjala un par de minutos, y después remueve hasta
tener una crema brillante.
Pon
un bizcocho con el chocolate en la parte exterior en el plato de servir, e
iguala la superficie con un cuchillo de sierra si hace falta para que quede
completamente plana. Extiende la mitad de la ganache y pon el bizcocho con la
parte de vainilla en el exterior encima. Cubre con el resto de la ganache y pon
el último bizcocho, de nuevo con el chocolate en la parte exterior, encima.
Haz
una ganache con el chocolate negro de la misma manera que la del chocolate
blanco (solo que ésta no lleva
mantequilla), y cubre la tarta con ella cuando empiece a tomar cuerpo. Deja la tarta en
un lugar fresco, pero no en el frigorífico, para que la cobertura se asiente. Saca
virutas de chocolate con un cuchillo bien afilado, y decora la tarta con ellas.
Madre mia que pinta tiene esta tarta. Con un cafecito ahora... Un saludo.
ResponderEliminarY los bizcochos son muy, muy ricos! Mil gracias.
EliminarMi próximo objetivo es hacer esta tarta. La he visto en varios sitios y ya pensaba en hacerla rectangular para poder cortar los cuadraditos, pero tu método parece más sencillo... ¿De qué tamaño es el molde que has utilizado? ¿Y la boquilla de la manga pastelera? ¡A ver sii me sale!
ResponderEliminarMercedes, los moldes son de 20 cm de diametro, y utilice una boquilla simple de 1.5. Espero que te sirva, ya me contaras que tal te va. Un abrazo.
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