Esta entrada no es una receta ligera, ni rápida, ni sencilla, ni te sacará de un apuro llegado el caso. Es decir, esta no es el tipo de receta que normalmente encontrarías en el blog.
Pero
es que este blog tampoco es lo que normalmente era. Para bien o para mal, yo no
me paro, mi vida ha cambiado, y el blog también. El blog empezó en un momento
en el que yo estaba particularmente insatisfecha a nivel profesional, y fue la
forma de canalizar un proyecto personal y creativo, que me permitió aprender
nuevas cosas y dedicar mi energía a algo que personalmente me resultaba
interesante. Luego con el tiempo se fue moldeando en distintas direcciones. Ha habido
mucho tiempo y muchas direcciones desde entonces. Pero el blog nunca ha sido
nada más que un hobby. Un hobby que me ha dado muchas satisfacciones, pero un
hobby al fin y al cabo. Y en los últimos meses mis prioridades, mis necesidades
y el tiempo que tengo para ellas han cambiado. Han cambiado mucho.
El
blog ha ido perdiendo importancia, ha ido dejando de ser una parte importante de
mi vida y se ha ido quedando relegado a una actividad casi residual.
Esto
no es una justificación, no necesito justificarme en absoluto. Es una explicación.
Solo intento explicar que esto no es mi negocio, que mi ego no necesita
continuamente una corte que lo jalee, y que la vida da para lo que da y el
mejor uso del tiempo en unas épocas no es el mismo que en otras. Cuando he
tenido tiempo, ganas y energías para ponerlas aquí y compartir contenidos,
recetas, fotos, historias, lo he hecho. Ahora eso pasa menos, pasa de otra
manera. Y ya está.
Ahora
no tengo tiempo, apenas energías y mis motivaciones son muy distintas a las que
fueron en otros momentos, así que necesariamente tenía que ser distinto.
Y
ese ser distinto tiene un único aspecto importante. Aunque no haya publicado,
he seguido cocinando. De hecho, he cocinado más y más en el día a día. Pero no
he cocinado para el blog, sino para mí, para mi familia.
También
se ha hecho evidente que con el tiempo las expectativas de lo que podía o no podía
publicar en el blog habían cambiado, y habían crecido hasta tal punto que
las cosas se habían vuelto bastante ridículas. Y la verdad, no tengo ganas ni energías
para darle tantas vueltas a algo que hago simplemente por el puro gusto de
hacerlo. Que si la receta tenía que ser original, que si sana, que si rápida,
que si la foto tenía que ser de una manera o de otra, que si no tenía luz….
Hace poco me di cuenta de que hay muchas cosas que no había publicado en el blog pero que me apetecía tener aquí. Jamás he sido capaz de retener una receta en la cabeza. Las cantidades me bailan, se mezclan, y nunca me fio de mi propia memoria. Me temo que inconscientemente, tengo un espacio tan limitado en mi cerebro para estas cosas que sé que la receta siempre estará mejor, más segura, más invariable, en la fuente original. Así que hay algunas recetas que hago en casa con cierta frecuencia -pero no tanta como para no necesitar la receta exacta-, que no me parecían interesantes para el blog. Y ahora me parece ridículo no haberlas publicado. Este blog empezó, también, como mi cuaderno de recetas. No tiene sentido que cosas como la empanada que hago de tanto en tanto, o las crepes, u otras cosas que he probado con distintas combinaciones hasta encontrar la receta que a mí me gusta, no estén en el blog. Sobre todo ahora, que cada vez me resulta más incómodo tener que buscar una receta en un libro o una revista cuando la necesito. No hace falta que las recetas sean mías para publicarlas, no necesito ningún control de calidad de nada. Este es mi espacio y ahora quiero que sea útil para mí. Ahora cada vez más uso mi tablet en la cocina, ahora quiero tener aquí las recetas que yo quiero.
Hace poco me di cuenta de que hay muchas cosas que no había publicado en el blog pero que me apetecía tener aquí. Jamás he sido capaz de retener una receta en la cabeza. Las cantidades me bailan, se mezclan, y nunca me fio de mi propia memoria. Me temo que inconscientemente, tengo un espacio tan limitado en mi cerebro para estas cosas que sé que la receta siempre estará mejor, más segura, más invariable, en la fuente original. Así que hay algunas recetas que hago en casa con cierta frecuencia -pero no tanta como para no necesitar la receta exacta-, que no me parecían interesantes para el blog. Y ahora me parece ridículo no haberlas publicado. Este blog empezó, también, como mi cuaderno de recetas. No tiene sentido que cosas como la empanada que hago de tanto en tanto, o las crepes, u otras cosas que he probado con distintas combinaciones hasta encontrar la receta que a mí me gusta, no estén en el blog. Sobre todo ahora, que cada vez me resulta más incómodo tener que buscar una receta en un libro o una revista cuando la necesito. No hace falta que las recetas sean mías para publicarlas, no necesito ningún control de calidad de nada. Este es mi espacio y ahora quiero que sea útil para mí. Ahora cada vez más uso mi tablet en la cocina, ahora quiero tener aquí las recetas que yo quiero.
Así
que si para cuando repita estas recetas estoy de humor y puedo hacerles fotos, irán
apareciendo poco a poco en el futuro.
Además,
hay otra cosa que quería hacer y acabo de empezar. No sé si tendré tiempo y capacidad para que
sea algo continuo, o no; aunque a decir verdad, tampoco me importa hasta dónde llegue.
Lo cierto es que tenía muchas ganas de aprender de repostería y estoy empezando
a hacerlo. Ahora tengo mucha más gente encantada de probar lo que preparo (léase,
los compañeros de trabajo de J., que son muchos), así que no necesito castigar
a mi familia con dulces y repostería a porrillo.
Tenía
ganas, muchas ganas de aprender técnicas distintas, y de tener un recetario de repostería
que supiera que era ese al que siempre podría volver y que siempre iba a
funcionar. Además, ahora mis hijas son algo mayores, tengo una cocina más
amplia, y a lo mejor –solo a lo mejor- puedo empezar a hacer cosas que exijan más
tiempo, más pasos intermedios sin interrupciones. Así que quiero darle un
repaso a las técnicas básicas de repostería y anotar aquí las recetas que
quiero tener a mano, sean de la fuente que sean y tenerlas todas anotadas y
accesibles para cuando me apetezca, sin tener que preocuparme de nada más.
Hay
un par de recetas de bizcochos que me encantan, un brownie que es maravilloso,
unas crepes que siempre hago, la receta de masa quebrada que siempre sale, la
ganache de chocolate que más me gusta, y quiero probar y aprender muchas más
cosas, he probado a hacer canutillos, y tengo ganas de manejarme con técnicas de
pastelería y repostería que hasta ahora no había probado. Eso sí, de momento,
sigo sin verme trabajando fondant, jugando con glasas de colores y cremas de
mantequilla. Pero eso es por el momento. Quien sabe, igual con el tiempo también
eso me interesa -aunque ahora mismo no soy capaz de imaginármelo-.
La primera de estas recetas básicas es esta receta de profiteroles. En realidad, lo de menos es esta receta como aparece hoy. Lo que yo quería era tener una receta de masa choux a prueba de torpes como yo, que pueda usar luego para hacer todas las preparaciones que yo quiera. (y no, lo de la croquembouche sigo sin verlo, pero no descarto hacer alguna vez profiteroles de chocolate con mousse de maracuyá y glaseados de tofe con sal Maldon, por decir algo que me apetece ahora mismo). Y después de probar un par de recetas que no funcionaron, la que me ha dado un resultado espectacular ha sido, como no podía ser de otra manera, la de Esther Sánchez, de Chocolatísimo, que además de pastelera profesional hace unos videos que son geniales para hacerte una idea de las texturas de las masas, de cómo hay que trabajarlas, etc. No pretendo reemplazar para nada su receta, y de hecho, te recomiendo que veas su video, porque seguro que te haces una mucha mejor idea viéndolo que con la receta como yo la pongo aquí, pero como la idea es tener en un mismo sitio todas las recetas, quería ponerla aquí con un cambio mínimo.
La primera de estas recetas básicas es esta receta de profiteroles. En realidad, lo de menos es esta receta como aparece hoy. Lo que yo quería era tener una receta de masa choux a prueba de torpes como yo, que pueda usar luego para hacer todas las preparaciones que yo quiera. (y no, lo de la croquembouche sigo sin verlo, pero no descarto hacer alguna vez profiteroles de chocolate con mousse de maracuyá y glaseados de tofe con sal Maldon, por decir algo que me apetece ahora mismo). Y después de probar un par de recetas que no funcionaron, la que me ha dado un resultado espectacular ha sido, como no podía ser de otra manera, la de Esther Sánchez, de Chocolatísimo, que además de pastelera profesional hace unos videos que son geniales para hacerte una idea de las texturas de las masas, de cómo hay que trabajarlas, etc. No pretendo reemplazar para nada su receta, y de hecho, te recomiendo que veas su video, porque seguro que te haces una mucha mejor idea viéndolo que con la receta como yo la pongo aquí, pero como la idea es tener en un mismo sitio todas las recetas, quería ponerla aquí con un cambio mínimo.
Otro
detalle es que acabo de auto regalarme una Kitchen Aid y a lo mejor –y solo a
lo mejor- eso ha tenido algo que ver con la fiebre repostera que me ha dado últimamente.
Como
estoy aprendiendo también a utilizarla, necesito apuntar en alguna parte cosas
tan sencillas como los tiempos para montar la nata. Porque es algo que antes
hacia con la batidora y a ojo, pero ahora quiero saber y recordar como he
conseguido los mejores resultados.
Para
la ganache he recurrido a uno de mis libros favoritos: Chocolate, de Julie
Andrieu. No hay nada en este libro que no me guste, no me canso de recomendarlo
a cualquier amante del chocolate que se precie, es uno de los primeros libros
que compre al poco de empezar con el blog, y de los que he hecho más recetas
que no me han fallado nunca. Así que
siempre esta en mi cocina, pero también en este caso tenía ganas de tenerla aquí,
así que Julie, deja que use tu receta (con ligeros cambios) y que aparezca aquí.
Con
la pasta choux como base puedes hacer muchas combinaciones. Si lo vas a servir
como postre, puedes rellenarlos con la nata (o con helado de nata), y bañarlos
en salsa de chocolate caliente al servirlos. Yo no los iba a ser
inmediatamente, asi que para mi cubrirlos con la ganache y rellenarlos de
chocolate y mantenerlos en la nevera hasta la hora de tomarlos fue lo que mejor
funcionó.
Ten
en cuenta, sin embargo, que si los haces con mucha antelación (por ejemplo, de
un dia para otro) el chocolate se puede cuartear, asi que como la pasta choux
aguantara bien, mejor decora y rellena como máximo, unas 3-4 horas antes de
consumirlos.
Profiteroles
de nata con ganache de chocolate
Pasta
choux
125 ml de agua
50 gramos de mantequilla
2 gramos de sal
100 gramos de harina de repostería
2 huevos medianos a temperatura
ambiente (La receta de Esther pide 3 huevos, pero en mi caso con 2 conseguí la
textura necesaria)
Preparación
Precalienta
el horno a 220º.
Calienta
el agua con la sal en un cazo a fuego fuerte. Cuando esté a punto de romper el
hervor, añade la mantequilla y remueve con una cuchara de madera hasta que se
derrita, sin que llegue a hervir. Vuelca la harina de golpe y remuévela bien
durante un minuto o minuto y medio, trabajando la masa. Una vez la masa se
despegue de las paredes del cazo, retíralo del fuego y enfría la masa. Para que
pierda temperatura, pásala a un bol (mejor si es de cerámica o metálico), y remuévela
con la batidora y las varillas de amasar, o con una espátula, hasta que deje de
humear y se temple ligeramente. Una vez refrescada la masa, añade un
huevo e intégralo bien en la masa antes de añadir el siguiente. Pon la masa en
una manga pastelera con boquilla redonda, y pon montoncitos de masa del mismo
tamaño en la placa de horno preparada con papel de hornear o una plancha de
silicona antiadherente. Deja suficiente distancia entre las piezas, porque
crecerán bastante en el horno. Lleva al horno 15 minutos. Deja enfriar 10
minutos antes de manipularlos.
Si
con la misma masa haces tiras largas en lugar de bollitos, tendrás eclairs.
Ganache
de chocolate (sobrará bastante)
50 gramos de chocolate de
cobertura al gusto
15 gramos de mantequilla
Una pizca de sal
1 cucharada sopera de agua
En
un cazo al baño maria, pon el chocolate en trocitos y el agua y deja que se
derrita. No lo remuevas hasta que el chocolate se haya derretido. Entonces,
añade la sal y la mantequilla y remueve hasta tener una salsa de chocolate.
Deja entibiar antes de usar. Demasiado fría resultara dura y no podrás usarla,
demasiado caliente y arruinará el profiterol.
Nata
montada
200 gramos de nata con al menos
35% de materia grasa, muy fría (unos minutos en el congelador ayudan)
40 gramos de azucar glas (o más
si te gusta muy dulce)
Monta
la nata con las varillas de la batidora hasta que endurezca. Yo acabo de
comprar una Kitchen Aid y quiero recordar los tiempos que me han servido: batir
1 minuto a velocidad 6, y añadir el azúcar. Batir 2 minutos y medio más a
velocidad 4.
Montar
Una
vez fríos los profiteroles, hay dos formas de rellenarlos:
·
Puedes hacer un agujero en la base y rellenarlos con la nata con una
manga pastelera (con boquilla, y haz el agujero con ella). Después pásalos por la
ganache de chocolate y dejar a enfriar en el frigo.
·
A mí personalmente me gusta más abrirlos por la mitad con un cuchillo
de sierra. Luego, moja en la ganache la parte superior y déjalos enfriar en el frigorífico
para que el chocolate se seque. Monta la nata y con una boquilla de estrella, rellénalos
con la nata. Deja en el frigorífico hasta el momento de consumir.
Wuauuuuuu!! que pintaza tienen!!! me encantan y aun no he probado a hacerlos yo! no puede ser ;P qué disfrutes tu Kitchen Aid, muy buen regalo!!!! besos y feliz fin de semana!!!
ResponderEliminarGracias Sonia,
Eliminarcreo que me ha dado la fiebre pastelera de nuevo con la KA. Hacia tiempo que no estaba tan ilusionada con la cocina.
Un beso y gracias por pasarte por aqui.
Pues me parece genial la receta y lo que nos cuentas en la entrada. Como bien dices no tienes que justificar nada, pero gracias por la explicación. Yo seguiré aquí viendo tu cuaderno de recetas porque me encanta.
ResponderEliminarBesos.
Esto vinviendo de una autentica princesa significa mucho para mi.
EliminarEn serio, mil gracias.
Un abrazo
Pues paciencia!! yo siempre he pensado que esto es un hobbie y debes hacer lo que quieras y como y cuando te apetezca. Lo importante es que sigas poniendote retos y divirtiendote con ello. besos!
ResponderEliminarTienes toda la razon, Carmen.
EliminarEstoy volviendo a los origenes: aprender y disfrutar (y contarlo luego).
Literalmente la KA son mis zapatos nuevos, y yo soy una niña muy feliz ahora mismo. :-)
Es que un blog tiene vida, por lo menos es lo que yo pienso. Sí, nace primero como una necesidad de nostoras misma, y en sus primeros años lo vamos formando y lo vamos cuidando y lo vamos alimentando, seguid, muy seguid. Pero luego el blog crece y va madurando, ya no necesitamos alimentarlo todo el tiempo y de pronto es como que toma conciencia y decide tomar su propio rumbo y quizás sea muy distinto a lo que fue cuando era un bebé. Tu niño ha crecido y ahora ha tomado su propia personalidad, es decir, no es lo que otros esperan, es lo que quiere ser.
ResponderEliminarGracias por tus palabras.
EliminarVeamos a donde nos lleva..!
Un abrazo enorme
Que buena pinta¡¡¡ lastima que mis pobres conocimientos no me permitan reproducirlas...tengo horno pero sigo sin saber utilizarlo¡¡
ResponderEliminar