En los últimos años he tenido la oportunidad de visitar con cierta frecuencia Dublín. Nunca he estado por San Patricio, pero acabo de volver de otra visita reciente y este año no me escapo de hacer también mi guiño a los irlandeses.
Mis referencias son limitadas a este puñado de recientes visitas, pero tenía ganas de compartirlas, y San Patricio es una fecha demasiado apropiada para dejar de hacerlo.
Algunas de mis notas mentales con respecto a Irlanda tienen que ver con que jamás en la vida enviaría a mis hijas a aprender inglés allí en verano. Si a algún bienintencionado padre se os ocurre ir en cualquier momento entre junio y septiembre os aseguro, que como a mí, os impresionará cuánto italiano y cuánto español son capaces de absorber vuestros angelitos y lo sencillo que les resultará pasar el mes sin cruzar una palabra en la lengua de Joyce más allá de los intercambios ocasionales en las compras y poco más. De verdad, si lo estáis pensado, pensadlo mejor: es una muy, muy mala idea.
Si tenéis amigos irlandeses estoy segura de que los apreciaréis con todo vuestro corazón, que siempre los recordaréis con una sonrisa en los labios (a ellos, -y vosotros sacaréis una sonrisa por vuestra parte al recordarlos-), aunque no os atreveríais a asegurar en qué parte del mundo se encuentran, porque su capacidad para cambiar de rumbo solo es comparable al tamaño de su sonrisa; que habréis podido comprobar su resistencia casi innata al alcohol, y que os habrá resultado más que fácil encariñaros con ellos.
Si tenéis oportunidad de visitar la ciudad, la disfrutaréis, seguro. Una visita que hay que hacer, al menos una vez, es a la fábrica de la más célebre cerveza negra del mundo: Guinness.
La visita a la fábrica no tendría mayor interés si no fuera porque en la entrada está incluida una pinta de Guinness para los adultos en el bar que está en una cúpula acristalada desde la que se puede ver toda la ciudad.
Si además, tenéis suerte, y pilláis de humor al camarero, os hará auténticas virguerías en la espuma de la cerveza con el tirador. En mi caso, dibujó un trébol, y no porque le pusiera ojitos. El pobre chaval, -yo creo que apenas tendría 16 años-, bajito, feúcho, pero con mucha labia, les estaba vacilando a un grupito de rubitas que apenas tenían edad para beber cerveza, y mientras tiraba sus pintas, siguió ya con la mía. No fue capaz de tirarla sin más, después de haberme tenido esperando pacientemente todo el rato que se tiró intentando lucirse con los pimpollos. Mi marido ya no tuvo suerte, así que la suya quedó con la espuma lisa, pero perfectamente tirada, y después de que reposara su tiempo, los dos tomamos nuestra Guinness, la mía con su trébol de cuatro hojas dibujado en la espuma, viendo los tejados de Dublín.
Y todo esto viene a que tal día como hoy, 17 de marzo, los irlandeses de todo el mundo (y esto no es una exageración, los hay -o descendientes suyos, que se sienten igual de irlandeses- hasta en el lugar menos imaginable) celebran el día de San Patricio, que es una forma como cualquier otra de unir varias fiestas en una sola cuya principal virtud ahora mismo es celebrar la esencia del ser irlandés.
El verde, los tréboles de cuatro hojas, los enanitos con ollas de oro, la Guinness, el whiskey, el colcannon, el pan de soda irlandés y una lista que se podría alargar muchos párrafos lo llenan todo en una celebración que sacralizó las celebraciones paganas del inicio de la primavera y que últimamente exalta el orgullo de ser irlandés. Lo de menos es dónde se celebre. De hecho, fuera de Irlanda (sobre todo en los USA) la celebración es bastante más espectacular, pero eso es otra historia.
Feliz día de San Patricio, feliz primavera, y buen provecho, porque toda fiesta que se precie tiene que llevar apajaredo su correspondiente festín.
El que yo os propongo trae el alcohol incorporado: para mí ya en el recuerdo siempre de esa pinta sobre el cielo de Dublín.
Cheers.
Estofado de ternera con Guinness
Ingredientes (para 4 personas)
1 kg de carne de ternera para estofar (morcillo o similar), cortada en tacos
5 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen extra (aproximadamente)
3 dientes de ajo
1 cebolla mediana
3 cucharadas soperas de tomate frito (mejor si es casero)
1 cucharadita de gramos de comino
8 granos de pimienta negra enteros
1 pinta de Guinness (440 ml aprox)
6 zanahorias
500 gramos de cebollitas francesas
Preparación
En la olla a presión, poner tres cucharadas de aceite, y freir ligeramente toda la carne, a fuego fuerte, en tandas si fuera necesario. Cuando pierda su color crudo, pasar a un plato y reservar.
Añadir el resto del aceite, solo lo suficiente para cubrir la base de la olla, poner los dientes de ajo pelados, pero enteros, y dorarlos ligeramente a fuego medio, sin dejar que se quemen. (Yo retiro los ajos después de este paso, porque me molesta encontrarlos, pero puedes dejarlos si lo prefieres, o incluso ponerlos picados si te gusta un sabor a ajo más intenso). Añadir la cebolla picada en dados pequeños, y dejar que se poche hasta que quede casi transparente.
Una vez lista la base, añadir el tomate frito, la carne con los jugos que haya soltado en el plato en el que ha reposado, el comino, la pimienta y la cerveza.
Cerrar la olla, y dejar que se cocine una vez empiece a soltar el vapor durante unos 25 minutos (en la mía en la posición 2 de vapor, no sé a qué equivale en otras). Pasado este tiempo, dejar salir el vapor, abrir la olla, y añadir las zanahorias en trozos como de 2 centímetros, y las cebollitas. Cerrar de nuevo la olla, y cocinar una vez empiece a soltar el vapor otros 5 minutos.
Se puede servir solo, o con un puré de patatas y col, o cualquier guarnición de patata que te guste.
NOTAS:
- Ya sé que las cebollitas francesas y la olla a presión tienen muy poco de irlandés, pero sin ella en mi casa no se tomaría un estofado nunca. Después de quitarme el miedo que le tenía, he encontrado en la olla a presión una herramienta perfecta para guisos y preparados que de otra manera no podría hacer porque no tengo tiempo para eso. Y si reduces de dos o tres horas la cocción a media hora como mucho, te aseguro que el gasto también se reduce mucho. Las cebollitas francesas me apetecieron y las tenía en casa, y han quedado muy bien. El guiso no sufrirá si no se las pones, o si les añades alguna otra cosa que te apetezca.
- No he pasado por harina la carne al freirla. Realmente, a mí me parece que no le hace falta. En este estofado la salsa queda suficientemente gruesa sin necesidad de añadirle harina, y la carne queda igual de bien sin ella.
- Las especias son como los complementos en la ropa. Realmente no es imprescindible, los platos están comestibles sin ellas, pero igual que con unos buenos zapatos, bien peinada y maquillada cambias una barbaridad, con las especias bien usadas los platos pasan de buenos a especiales. En este caso, los cominos -y la pimienta, pero sobre todo el comino- le dan un toque imprescindible, absolutamente imprescindible.
- La cerveza negra es casi una comida en sí misma. Tiene cuerpo y engorda la salsa, le da sabor y color, y hace, junto a las especias, que este plato sea un estofado muy especial.
Jajaja... ¡qué bueno, no sabes cómo me he reído!. Tu estofado tiene una pinta contundente, qué colorrr, me imagino el sabor y el olor ¡una delicia!. MUY RICO. Un beso,
ResponderEliminarwww.cocinaamiga.com
Jooo que rico lo malo es que yo no lo puedo comer por el gluten; se podrá sustituir por cerveza sin gluten? Que buena pinta.
ResponderEliminarBesos y buena semana!
Es un guiso bien potente, lo he preparado en una oportunidad. Se ve muy sabroso, una linda manera de homenajear el dia San Patricio.
ResponderEliminarBesos.
Que ricura de guiso¡¡¡ una delicia. besos y buen domingo
ResponderEliminarBueno, mujer, que no pasa nada por la expréss... ¡Imagínate si tuvieramos que ser fidedignas hasta el punto de cocinar en un hogar con las trébedes!
ResponderEliminarUn estofado para reconfortar el cuerpo y el alma ;-))
ResponderEliminarBesotes, feliz semana
me encanta la Guinness, y de lasalsita no te digo ná...a mojar pan como loc@s!!!!!
ResponderEliminarhttp://inukares.blogspot.com/
q rico se ve
ResponderEliminarCon esta cerveza el sabor sin duda es especial, ha de ser un estofado muy sabroso.
ResponderEliminarBesos.
Perfecto homenaje, tiene una pinta maravillosa. Apetece.
ResponderEliminarBesos.
Jajaja, yo ya había leido sobre esa idea de enviar a los niños a Irlanda, pero después de tu confirmación, queda descartado.
ResponderEliminarEl guiso, exquisito.
Yo abuso de la olla rápida, porque me parece maravillosa, una vez que le coges el truco los líquidos.
Besos.
Que buenísima entrada, me ha encantado. Me has hecho pasar un rato ameno y divertido imaginando a la perfección todo lo que narras sobre Dublín. Ciudad que no tengo el placer de conocer aunque si Irlanda. Un país hermoso en paisajes, costumbres y gentes.
ResponderEliminarEl estofado es espectacular. La cerveza le va de maravilla a la carne de ternera y la enternece al cocinarla. Se ve que te ha quedado con un punto perfecto.
Bss
La descripción de Dublin me ha dejado encantada, nos has hecho ver en persona la cerveza con la espuma con forma de trevol. Debe de ser una maravilla poder visitar ese tipo de lugares. Y también debe de ser una maravilla tener en casa una cocinera como tu, dispuesta a cocinar este estifado, que como poco te podría decir que tiene una pinta fenomenal y que me ha entrado hambre de solo ver la pinta de esa carne! Que ricoooo
ResponderEliminarBesos y feliz día a ti también
La Guiness le da un toque fantástico a los estofados. A mi me encanta. Yo ayer iba a hacer unos pastelitos de Guiness pero al final con el lío de la publicación del Magazine, no pude... Lo dejo pediente.
ResponderEliminarTu estofado, de 10!
Feliz semana!
Bonito post :) Nunca he estado en Irlanda pero ya hace tiempo que me ronda la cabeza un viajecito relámpago a Dublín... ahora ya no me podré quitar de la cabeza lo de ver la ciudad en todo su esplendor.
ResponderEliminarMuy rico el estofado, riquísimo.
Un besote.
Me encanta Irlanda la conozco bastante y en Dulin, he estado varias veces, lo describes tal cual es y me ha encantado. Hace muco que no entraba a verte y me he perdido cosas interesantes, pero espero verte de ahora en adelante mucho mas. Me quedo de seguidora.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya me lo habían dicho lo de los italianos, pero resulta que han invadido más países, mi hija hace dos años en Londres más de lo mismo, y eso que estaba en un colegio donde habían chicos de bastantes paises!!! pero.... dice que aprendió inglés :))). Nunca he hecho servir Guiness para cocinar, pero la receta me ha gustado mucho. Bss
ResponderEliminarMe encanta leerte, la verdad. Nunca he estado en irlanda, pero si voy tendré en cuenta tus apreciaciones. El guiso es espectacular, seguro que estaba delicioso. Un besito!
ResponderEliminarUm excelente blog com muitas receitas deliciosas como esta!
ResponderEliminarGostei muito!
bjs
Me hace mucha gracia lo que comentas.. es verdad que ir a un país donde te encontrarás muchos hispanohablantes será difícil poder aprender realmente el idioma jajajaj
ResponderEliminarYo no he tenido la suerte de visitar Irlanda, pero dicen que es muy bonito! Y he preparardo algunos de sus platos y tienen un sabor genial... pero este guiso se ve de rechupete!
Cariños
Espacio Culinario
Ohhhhhh, Macuuuuuuu!!!!!!!
ResponderEliminarYo nunca estuve en Irlanda, pero es algo pendiente en mi vida y se que un día iré!!!!!! seguro!!!..no mandaré a mis hijas a estudiar ahí siguiendo tus consejos, pero esa pinta de Guinness no me la pierdo por nada del mundo, aunque yo sea más de cervezas flojitas y rubias ;)
El estofado es maravillosos, son estos platos que mejoran con los días los que me gustan a mi :)
Feliz primavera mi linda Macu!!!!!!!
A mi me pasa igual que Juana, no he estado en Irlanda pero me encantaría, y también espero ir un día, jeje, me gusta tu relato sobre los Irlandeses, los vecinos que tengo yo, que son de allí no son precisamente así, pero bueno siempre hay excepciones.
ResponderEliminarMe quedo con tus Irlandeses, la historia preciosa y el estofado que yo desconocía y que un día probaré pues me ha picado la curiosidad por saber el resultado de cocinar con cerveza negra.
Un besazo, guapa
Un rico platito de guiso.
ResponderEliminarJo Irlanda qué buenos recuerdos!!! Pasé varios veranos y un año entero hace ya muuuuuchos años cuando todavía no estaba tan plagado de españoles e italianos y Dublín es una ciudad preciosa. Los irlandeses gente amable y divertida.
ResponderEliminarMe encanta este estofado